Por: Juan José Laforet, Cronista Oficial de Gran Canaria y Pregonero de San Lorenzo 2017.
Un camino te lleva a otro, y de esta forma se traza, poco a poco, esa red de senderos que conforma la geografía de una vida. Sobreviene ello con los acontecimientos de muy diversa naturaleza, como me ha ocurrido con los inolvidables y maravillosos momentos que el Pueblo de San Lorenzo me brindó en el verano de 2017 nombrándome pregonero de sus antiguas, señeras y principales Fiestas. Pero aquel sábado 29 de julio, aquel entorno acogedor y vibrante de la Plaza, aquel departir con sus vecinas y vecinos, con amigas y amigos de siempre, también me trajo a la memoria otro evento muy significativo en mi vida, acontecido en el mismo lugar y entre el mismo vecindario 36 años antes, un jueves 6 de agosto de 1981, cuando por encargo de la Comisión de Fiestas, que entonces presidía el inolvidable D. Antonio Martel, y la Parroquia, a cargo de D. Martín García, tuve el honor y la gratísima experiencia de pronunciar una lección histórica titulada “La Cantera del Cabildo en la historia de San Lorenzo y de Gran Canaria”, con motivo de celebrarse el Tricentenario de la fundación de esta Parroquia, siendo obispo Bartolomé García-Ximénes de Rabadán, y en la que, como recogía el periódico La Provincia en su edición del sábado 8 de agosto, en una amplia crónica firmada por el periodista y en la actualidad reconocido poeta y escritor Antonio Puente, y bajo el título de “San Lorenzo de lugar a Parroquia y ex municipio. Trescientos Años, Trescientos”, “…Juan José Laforet documentó minuciosamente el extracto histórico de la parroquia…”, al tiempo que “…documentado en fuentes diversas aportó interesantes aspectos intrahistóricos en torno a la edificación del Templo y a su larga vida posterior que se mezcla con la de sus más destacados y anecdóticos párrocos…”, línea en la que recogía la crónica como “…fue en noviembre de 1843 cuando el párroco Cristóbal Caballero solicitaba autorización del gobernador del Obispado para vender un cáliz de plata declarado inútil por el obispo Romo en su visita a la Parroquia, e invertir su producto en el baldosado de la iglesia, que estaba en estado más que deplorable, sin lozas ni ladrillo y reducido a tierra…”. Culminaba su crónica de forma muy sugerente cuando señalaba como “…cruzando oportunamente el tema de la parroquización de San Lorenzo, por parte de la autorización catedralicia, Laforet investigó un importante y desconocido punto, la aportación infraestructural que, anteriormente, San Lorenzo había cedido a la Catedral; los materiales extraídos de la cantería azul –la traquita gris plateada- genuina de la localidad, a partir de la cual el arquitecto Alonso Montaude levantaría buena parte de la Catedral consagrada a Santa Ana. San Lorenzo había pagado su deuda parroquial a su parroquizador por adelantado…”
En una segunda parte la lección se refería a como la “…historia de este hermoso pueblo de Gran Canaria tiene también un acontecimiento histórico anterior a la fundación de su Parroquia. Durante siglos en las entrañas de sus colinas, como en un fantástico e inacabable rompecabezas, se guardaban todas las piezas que, desde principios del siglo XVI gracias a las mágicas manos de canteros y arquitectos, formaron una primera parte destacada de la Catedral de Canarias…”, una cantera que también proporcionó material cuando a mitad del siglo XX “…se edificó el Seminario de Tafira, siendo Obispo de la Diócesis D. Antonio Pildaín”. En fin, unas notas para recordar una grata experiencia que me permitió una temprana aportación a la historia de este querido lugar y parroquia de San Lorenzo en la historia de Gran Canaria.
Magistral.